jueves, 20 de agosto de 2009

Vuela

Me engusto con las ronqueras,
y el ruido de los lápices en la biblioteca.
Me hace feliz tu sonrisa
los chistes malos,
las anécdotas
y las marujas del super.
Soy amable con los funcionarios de a 10 por hora,
y hasta con las vecinas cotillas.
¿Por qué será tan difícil decirle a un amigo te quiero?

Cual avestruces suicidas nos enterramos en las aceras; ojos que no ven...

Pero si te asomas al vacío, con el poder de estrellarte en las manos,

el vértigo reinventará el mundo que te rodea.

Uno en el que los sábados se mueren de risa aldedor de una fogata,

o viendo los programas del Juan y medio.

Donde la play y las cartas se cambian por jugar a ser artistas, o a las cosquillas.

O a intentar arreglar el mundo en un par de horas.

Sin sentirte ridículo por decirle a alguien me gustas,

o por demostrárselo como si tuvieras 7 años.

Sin tener miedo de que los demás no te quieran,

ya quisieran sentir ellos.

Reseteando el disco duro para volver a volar de nuevo.

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