sábado, 13 de diciembre de 2008

Sueños

Las gotas se deslizaban resignadas por el cuello, hasta ser absorbidas por el cálido albornoz que la cubría. La boca de su compañero ya hacía tiempo que no prestaba atención a los pequeños detalles, como cuando la llenaba de besos y caricias llenas de lujuria, hasta acabar de nuevo en la ducha para borrar los rastros de tanto amor.

Esa mañana él salía temprano hacia el trabajo, y tras la fría despedida de costumbre, el portazo de salida dio paso al timbre de entrada de un nuevo mensaje en el ordenador.
La toalla había resbalado del cabello, y mientras leía las palabras más esperadas de la semana, por fin empezaba a sentirse llena, sin saber muy bien de qué.

Habían hablado durante muchos meses. Noches de risas, canciones, charlas existenciales, y cariños reprimidos. Pero aquellos días algo estaba cambiando. La rutina de la costumbre, del desapego, estaba pasando factura a sus vidas. Y la magia de un amor inventado, se hacía cada vez más latente en sus deseos de evasión, hasta convertirse en la necesidad de los días.

Tendríamos que conocernos, pensaba él. Pero ella no quería repetir historias de siempre. Sempiternos momentos vulgares vacíos de sentido, llenos de instintos aprendidos y consuelos reciclables. Para eso ya tenían la compañía de su fiel costumbre, consuelos vitales, y recuerdos de pasiones heridas apaciguados con la metralla del tiempo.

Era el momento de probar la diferencia, arriesgar y sobrepasar los sentidos hacia la magia del sueño. Un sueño que se volvía real de noche, y palpitaba de día, confuso, al caminar entre las palabras de horas pasadas. Obsesión por un fantasma vestido de letras, deseos, y brumas de caricias y miradas inventadas.

O no.

Adiós

Bondad, esperanza, compañerismo, sueño, sentido.
Vino la vida y se los llevó en un soplo:


aire helado con olor a tierra
reflejos del sol que nunca viste
que jamás
saldrá
ya .......................................adiós.

martes, 9 de diciembre de 2008

¿Qué quieres ser de mayor?



Chulería por carencia, obsoletas las confesiones de debilidades o autoreproches.

La humildad en peligro de extinción.

A veces tendran miedo, como yo

-de día, de noche, debajo de la cama y hasta en el armario-

Vendrá de fábrica, como el grosor de los labios o el genio.


Como suicidas sentimentales,

encandilados con cualquier cacho cesped, piedra diferente, hilo de lluvia,

con la magia que hará surgir a los caracoles.

Masoquistas, encerrados en un mundo de palabras, cementos,

catálogos del lid`l y el ikea

y videos del youtube.

Síndrome de Estocolmo

vidas sin vuelos, sin nubes,

sin chapoteos en los charcos o siestas a la sombra.

Sentados siempre en la misma silla,

bajo el mismo trozo de techo,

frente a las mismas pantallas.



Quizá por eso se me hacen los ojos chiribitas si alguien me pregunta qué quiero ser de mayor,

o a que hora saco al perro.

Huellas

Me ha salido un paraíso en la punta de un dedo.
Si lo miro fijamente parece sonreirme.
Si lo aprieto, para ver si sale algo... me escupe un te lo dije.

Tiene antojos de misterios. De almohadas e inventos.
Lo acaricio despacito y le susurro ...no tengas miedo...

Se mete en mi oreja. Deja huellas de café miel incienso.
Me ha salido un paraíso, y aún sigue ileso.





viernes, 5 de diciembre de 2008

Desde dentro







Me pones una sonrisa,
cosquillas en la barriga,
susurros en los labios,
e inflado el corazón.
Aunque no quiera.

Me veo reflejada en tus ojos,
en tus ansias de amor
tus manías,
tus ojos vírgenes
tu alma pura de niño
que despierta a la mia.

Y no quiero.
No quiero mirarte y sentir que me rompo
recoger mis trozos despues de tus palabras,
tu risa serena y tus manos.

Me pones un sueño en la almohada,
millones de besos que guardo solo para ti,
aunque no quiera. Aunque jamás te los dé.

Creo que quiero tenerte solo así,
aunque me muera por no querer.
Y por un final feliz.