miércoles, 30 de enero de 2008

Debo quererte y te quiero.


Ojos fluorescentes de amarga fuerza
la bilis te subió hace tiempo y los invadió con sus duros pigmentos.
Ahora tus brazos se elevan buscando mi cuerpo
ansian las caricias que jamás me diste, ocupada en tu tristeza.

Desde mi pedazo de cielo, palomar seguro de arrullos y sueños
busco por donde escapar
pero sucumbo por momentos a la atracción de tu extraño anhelo.

Abro fuerte los ojos, los estiro hasta el techo
mientras tu abrazo me deshace, me paraliza
de terror y amor, guardados recelos.

Desde mi cuerpo emanan etéreas piezas de este ser
pequeño, invisible, confuso, atormentado.
Se reúnen fuera para formarse de nuevo, tomar arrojo y volar.

Debo quererte y te quiero.
Y mientras me abrazas y sonríes
burlándote de mis espantos
suspiro aliviada porque tus ojos fluorescentes se calman
y me separo de tí para volver a mi pedazo de cielo
desde donde te miro con lástima
pero asustada, sigo buscando cómo escapar de este miedo.

No hay comentarios: