martes, 29 de enero de 2008

Tiempo al tiempo


En esta sociedad que nos rodea y engulle, donde priman las satisfacciones inmediatas y la flexibilidad como sucedáneos de la verdad -o de esa ansiada felicidad que jamás llegamos a comprender-, no hay lugar ni tiempo para aprender, encontrar el sentido, o buscarse a uno mismo.

Nos dicen que el futuro no existe, y el pasado queda ingenuamente obsoleto en pro de un placentero presente de incondicionales instantes. Se nos promete alzarnos como a los elegidos a cambio de un ínfimo esfuerzo, superficial, interesado, solo amenazado por la muerte -a veces dentro de la misma vida-.

Pero yo sigo inmersa en la melancolía de mi ego, que se abraza a los recuerdos y me despierta con susurros y vaivenes de locura.

Hoy quiero quitarle el polvo al diván que me acompaña, tantas veces ignorado por mi vacua identidad. Quiero sacar a la niña que sigue en mí y renacer como un ser nuevo, libre.

Libre al fin.

No hay comentarios: