
Y entraron los hombres malos
escrutando los cuadros
las fotos
el polvo acumulado
las risas de hacía un rato.
Se llevaron lo poco que quedaba:
la ilusión de una mirada,
la esperanza recién teñida
los pasos al fin serenos.
Y de nuevo el miedo.
Y es que la vida no concede treguas,
y es que los hombres malos
no entienden de curvas, solo de rectas.
Leyes rectas, moral recta, suerte recta.
¡Si el mundo es curvo!
¡La empatía es curva,
la oportunidad es curva!
Y el cansancio recto,
la ansiedad recta.
Dibujaré una invisible linea curva tras la puerta.